Hoy vamos a hablar todo lo relacionado con el folleto, abordando su conceptualización, la estructura y características propias de este tipo de texto; abordando cada una de estas distinciones para explicarlas y ejemplificarlas a profundidad, con el objetivo de que la temática quede muy clara. Recuerda que un folleto es un texto impreso en pequeñas hojas de diferentes formas que sirve como una herramienta publicitaria. Generalmente son entregados en mano en la vía pública con información de interés sobre restaurantes, bares, lugares turísticos o similares, aunque también son utilizados con la misma finalidad siendo dejados en distintos comercios para que, quien los visite, pueda tomar el folleto que le interese.
Los folletos existen como medio de comunicación desde que se inventó la imprenta en Europa, en el siglo XVI. No eran como los actuales, ya que esos eran folletos porque era la única forma de impresión existente: una carilla con un breve texto.
El folleto más común es aquel de forma rectangular que tiene dos caras y se entrega en la calle, hay muchas formas, como los trípticos o dípticos. Los folletos son útiles para difundir información de todo tipo, no necesariamente son entregados con el fin de vender un producto o servicio. Por ejemplo se pueden entregar en una veterinaria folletos sobre lugares en donde adoptar mascotas o sobre el maltrato animal, a modo de campaña de conciencia.
Los diseñadores gráficos o publicistas son quienes de mejor forma podrán diseñar los folletos, dado que han estudiado justamente técnicas gráficas que les permiten que todo se ajuste al tamaño del folleto, a los requisitos del cliente y demás detalles.
En general la información que se divulga en los folletos no se corresponde con temas específicos, sino que lo que se busca es que el público en general pueda comprender lo que lee. El texto debe ser conciso y al grano, debe mostrar rápidamente su intención con palabras claves y, de ser posible, complementar la información con imágenes.
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