Hoy veremos qué es la diéresis; esto a través de ejemplos que describirán y explicarán ampliamente este tema que es muy importante dentro de la ortografía. Todo esto se abordará de una manera sencilla para que tengas muy clara esta temática. Recuerda que la diéresis es un signo ortográfico que está compuesto por dos puntos que se escriben horizontalmente sobre una vocal. Lo habitual es que la diéresis, también conocida como crema o cremilla, indique un cierto sonido que debe pronunciarse sobre la letra afectada.
El uso más frecuente de la diéresis en la lengua española es sobre la “u” en las sílabas “gue” y “gui”, en aquellas palabras en las que la “u” tiene que ser pronunciada. Por ejemplo: la palabra “vergüenza” lleva diéresis en la “u” ya que, de lo contrario, sería pronunciada de manera incorrecta. En cambio, términos como “guerra” o “merengue” se escriben sin diéresis ya que la “u” no se pronuncia.
Algo similar ocurre con la sílaba “gui”. Podemos encontrar palabras como “lingüística” cuya letra “u” incluye los dos puntos horizontales para especificar su pronunciación, y otras como “guiño” o “aguijón”, que no llevan diéresis.
En otras lenguas, la función de la diéresis es diferente. En el francés y el griego la diéresis señala que cuando hay un par de vocales, la segunda debe pronunciarse de manera separada, sin diptongo o sin ser muda.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce otras definiciones para el concepto de diéresis. Puede usarse en la gramática para indicar la pronunciación en sílabas distintas de dos vocales que forman diptongo (“ruína/ruïna”, “víuda/vïuda”). Lo que hace la diéresis en este caso es deshacer el diptongo.
En la medicina, por otra parte, la diéresis es el conjunto de los procedimientos quirúrgicos que permiten la división de los tejidos orgánicos. La diéresis de tejidos blandos se define como cualquier maniobra realizada por un cirujano para abrirse camino a través de los tejidos, lo cual puede conseguirse separándolos o bien seccionándolos.
DiéresisLos tejidos pueden clasificarse de varias formas; si se los agrupa según su consistencia, por ejemplo, se encuentran los blandos y los duros (los dientes, los huesos y el córneo). Por otro lado, existen los tejidos normales (como ser el subcutáneo, los músculos, las fascias y la piel) y los anormalmente unidos (las adherencias, las cicatrices y la fibrosis, entre otros).
Asimismo, existen varios tipos de diéresis. La cruenta, por ejemplo, se caracteriza por la efusión de sangre que se produce cuando se seccionan los tejidos y requiere de instrumental principal (que incluye bisturíes y tijeras de disección, diente de ratón y dientecillos, y separadores, como la pinza de mano izquierda, también llamada de disección) e instrumental complementario (como la sonda acanalada).
Para realizar una diéresis, es posible tomar el bisturí de diversas formas, según la maniobra que se desee practicar (una incisión o una punción) y de la resistencia de los tejidos a separar, del tipo y de la longitud de la incisión, etcétera. Las posiciones que se pueden adoptar son las siguientes:
* como un bolígrafo: cuando es necesario efectuar movimientos muy precisos;
* como un cuchillo normal: para tejidos muy resistentes;
* como el arco de un violín: para las incisiones horizontales de una cierta extensión;
* con el lado no filoso hacia abajo: para la diéresis centrífuga, la cual se realiza desde el interior hacia afuera.
El secreto de una diéresis magistral, en la cual no se adviertan errores comunes conocidos como colas y rampas, reside en prestar especial atención a los siguientes puntos:
* Inicio: asegurarse de que la posición del bisturí sea perpendicular al tejido antes de comenzar con la incisión;
* Desplazamiento: a medida que se desplaza el bisturí, se debe buscar un ángulo de 45 grados y mantenerlo hasta encontrarse a milímetros del final de la diéresis;
* Finalización: el bisturí debe volver a colocarse a 90 grados de la superficie.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario