En este vídeo abordaremos un tema importante como lo es la hipérbole, esta figura literaria tan presente en nuestra cotidianidad. Describiremos este tema a través de varios ejemplos para que puedas entender y usar esta figura literaria. Recuerda que la hipérbole es una figura retórica o literaria que consiste en aumentar o disminuir de manera excesiva un aspecto, característica o propiedad de aquello de lo que se habla. No obstante, en un sentido general, se denomina como hipérbole la exageración en sí de alguna cosa.
La palabra, como tal, proviene del latín hyperbŏle,y esta a su vez del griego ὑπερβολή (hyperbolḗ).
La hipérbole es un tropo que se emplea con el objeto de darle mayor fuerza expresiva a un mensaje, o para producir determinado impacto o efecto en el interlocutor. En este sentido, esta figura literaria puede ser utilizada como un recurso enfático, expresivo, irónico o humorístico. Por ejemplo: “Tenía tanto sueño que se quedaba dormido de pie”.
La hipérbole exagera o trasciende lo verosímil deliberadamente para subrayar o enfatizar algo, para hacerlo más interesante o atípico. Sin embargo, el interlocutor es, por lo general, capaz de reconocer cuándo se está hiperbolizando algún dato, aspecto o hecho, y, en este sentido, sabe que no debe tomar las palabras al pie de la letra, en su sentido literal, sino más bien en un sentido figurado. Por ejemplo: “Te he llamado mil veces a tu casa”.
Utilizamos hipérboles en nuestro día a día, de manera bastante natural, cuando hablamos en sentido figurado. La hipérbole nos permite expresar las cosas de una forma inusual pero también más expresiva, más vivaz.
EJEMPLOS DE HIPÉRBOLE
Usos coloquiales:
Te escribí quinientos mensajes y no me respondiste.
Estaba estudiando para veinte exámenes a la vez, sentía que el cerebro me iba a estallar.
Qué frío hace: me congelo los pies.
No sabe cocinar; se le quema hasta el agua.
Sentía que habían pasado mil años desde la última vez que la vio.
Usos literarios:
“El dictador (...) cuyo poder había sido tan grande que alguna vez preguntó qué horas son y le habían contestado las que usted ordene mi general” Gabriel García Márquez. El otoño del patriarca.
“El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil”. Mario Vargas Llosa. La guerra del fin del mundo.
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