Hoy vamos a ver cuál es el uso correcto de los dos puntos suspensivos, este signo de puntuación importante. Veremos las reglas más importantes a tener en cuenta a la hora de usarlos, las explicaremos y ejemplificaremos. Recuerda que los puntos suspensivos son signos de puntuación formados por tres puntos escritos de manera consecutiva (...)
Son utilizados, principalmente, para señalar en el discurso un suspenso (de ahí su nombre), pero también pausas, dudas, o para marcar una supresión de una parte que no interese referir por diferentes motivos.
Los puntos suspensivos se escriben pegados a la palabra o signo que los precede, y separados por un espacio del signo que los sigue (excepto si los sigue otro signo de puntuación).
A continuación de los puntos suspensivos solamente se inicia con mayúscula si enunciado no continúa después de ellos. En caso contrario, sí se escribe mayúsculas.
Cómo usar los puntos suspensivos
Los puntos suspensivos pueden utilizarse para marcar en el discurso distintas cosas: una pausa, suspenso, vacilación, la supresión de parte de un texto, entre otras cosas. A continuación te explicamos en detalle cómo usarlos y los motivos de su utilización.
Para indicar una pausa en el discurso que expresa duda, vacilación, temor o suspenso. Por ejemplo:
No me esperaba esto... Eh... Bueno...
Si supieras lo que me dijo...
Y cuando llegamos ahí no vimos a nadie. Pero oímos un ruido... detrás de los arbustos... Y nos acercamos. Era él.
Para señalar una interrupción voluntaria en el discurso, ya que el resto se da por conocido por el interlocutor. Por ejemplo:
De tal palo... Así que no me vuelvas a recordar que soy hijo de mi padre.
Buscamos el libro por todos lados. Hasta tratamos de contactar a la familia del autor... Pero ya sabes cómo acabó todo.
Para evitar repetir títulos largos de una obra que debe volver a mencionarse a lo largo de un texto. Por ejemplo: “El coronel no tiene quien le escriba es un relato que cuenta la historia de una pareja anciana. La obra El coronel... es una de las narraciones más famosas de su autor”.
Para evitar palabras o expresiones vulgares o malsonantes, pero insinuándolas con los puntos suspensivos. Por ejemplo:
¡Qué hijo de p...!
Te puedes ir a la m...
Para dejar el enunciado en suspenso, independientemente del motivo. Por ejemplo: “Pasó todo muy deprisa. La policía, los bomberos, los gritos de la gente... En fin. No quiero seguir hablando de esto”.
Para hacer un énfasis expresivo, alargando entonativamente un texto. Por ejemplo: “Me acordé de lo que me había dicho mi madre. 'Allá me oirás mejor. Estaré más cerca de ti. Encontrarás más cercana la voz de mis recuerdos que la de mi muerte, si es que alguna vez la muerte ha tenido alguna voz'. Mi madre… la viva.”
Para indicar, en enumeraciones, que la lista queda abierta o resulta incompleta (es equivalente a la palabra etcétera). Por ejemplo: “Vamos de vacaciones. Queremos relajarnos, dar largos paseos, dormir hasta tarde, comer hasta reventar...”
Para indicar la ausencia de una palabra o fragmento en una cita textual. Por ejemplo: “En un lugar de la Mancha (...), no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo”.
Para señalar que el fragmento citado no corresponde al inicio del enunciado. Por ejemplo: “... tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada”.
Para hacer notar que el fragmento citado continúa más allá de la última palabra reproducida. Por ejemplo: “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo...”
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