Aumento de casos, ocupación de las UCI y muertes sugieren que el pico de la curva llegaría pronto.
“Hace tres semanas, las camas de UCI empezaron a ocuparse rápidamente y, desde hace una semana, permanecen llenas”, dice Jairo Pérez Cely, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Nacional (HUN), en Bogotá, para demostrar que la pandemia se encuentra en una fase de aceleración en la que los casos moderados y graves –que requieren manejo en hospitales– están aumentando.
Esta etapa, de acuerdo con la salubrista Elizabeth Beltrán, es normal en una pandemia y se caracteriza por un crecimiento acelerado de contagios, que se sostiene hasta un punto en el que empiezan a descender, hasta llegar a un proceso de estabilización.
En armonía con algunos modelos epidemiológicos, y partiendo de la base de que la pandemia se inició oficialmente en Colombia el viernes 6 de marzo, esta aceleración comenzó, más o menos, a mediados de junio y llegaría a su punto máximo entre la última semana de julio y la primera de agosto, para luego empezar un descenso rápido, el cual expertos como Beltrán calculan que se mantendrá hasta mediados de septiembre.
A partir de ese momento, la pandemia se volvería más lenta, hasta alcanzar un periodo de estabilización que se mantendría por el resto del año, pero ya con muy bajo riesgo de contagios y con unos números favorables.
Y si bien el número de casos ha aumentado, porque, según el Ministerio de Salud, se han intensificado las búsquedas activas con la práctica del mayor número de pruebas, al punto de que a la fecha se han hecho 818.703 de ellas, que dejan –sin contar los controles– más de 109.000 casos confirmados para el nuevo coronavirus; lo cierto es que, según Pérez, hay indicadores que también muestran este aumento y que no dependen de la capacidad de diagnóstico.
Se trata, según el intensivista, de las cifras de muertos y de los enfermos que llegan a los hospitales, tanto a las áreas generales como a las camas de UCI. Y en este último aspecto, Diego Garzón, anestesiólogo e intensivista jefe de la Unidad de Cuidado Intensivo de la Clínica Reina Sofía, reitera que al observar que el número de hospitalizados es cada vez mayor, es importante entender que los volúmenes de casos en las pandemias pueden ser muy grandes, pero lo importante es que todos los que requieran atención la puedan recibir de manera adecuada.
CRÉDITOS PARA: https://www.eltiempo.com/
“Hace tres semanas, las camas de UCI empezaron a ocuparse rápidamente y, desde hace una semana, permanecen llenas”, dice Jairo Pérez Cely, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Nacional (HUN), en Bogotá, para demostrar que la pandemia se encuentra en una fase de aceleración en la que los casos moderados y graves –que requieren manejo en hospitales– están aumentando.
Esta etapa, de acuerdo con la salubrista Elizabeth Beltrán, es normal en una pandemia y se caracteriza por un crecimiento acelerado de contagios, que se sostiene hasta un punto en el que empiezan a descender, hasta llegar a un proceso de estabilización.
En armonía con algunos modelos epidemiológicos, y partiendo de la base de que la pandemia se inició oficialmente en Colombia el viernes 6 de marzo, esta aceleración comenzó, más o menos, a mediados de junio y llegaría a su punto máximo entre la última semana de julio y la primera de agosto, para luego empezar un descenso rápido, el cual expertos como Beltrán calculan que se mantendrá hasta mediados de septiembre.
A partir de ese momento, la pandemia se volvería más lenta, hasta alcanzar un periodo de estabilización que se mantendría por el resto del año, pero ya con muy bajo riesgo de contagios y con unos números favorables.
Y si bien el número de casos ha aumentado, porque, según el Ministerio de Salud, se han intensificado las búsquedas activas con la práctica del mayor número de pruebas, al punto de que a la fecha se han hecho 818.703 de ellas, que dejan –sin contar los controles– más de 109.000 casos confirmados para el nuevo coronavirus; lo cierto es que, según Pérez, hay indicadores que también muestran este aumento y que no dependen de la capacidad de diagnóstico.
Se trata, según el intensivista, de las cifras de muertos y de los enfermos que llegan a los hospitales, tanto a las áreas generales como a las camas de UCI. Y en este último aspecto, Diego Garzón, anestesiólogo e intensivista jefe de la Unidad de Cuidado Intensivo de la Clínica Reina Sofía, reitera que al observar que el número de hospitalizados es cada vez mayor, es importante entender que los volúmenes de casos en las pandemias pueden ser muy grandes, pero lo importante es que todos los que requieran atención la puedan recibir de manera adecuada.
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