sábado, 8 de agosto de 2020

Presidente de Líbano dice que explosión en Beirut pudo ser causada por “un misil o una bomba”

Sin embargo, rechazó una investigación internacional sobre la tragedia, que deja al menos 154 muertos y más de 5.000 heridos.



El presidente de Líbano, Michel Aoun, rechazó este viernes una investigación internacional sobre la gigantesca explosión en el puerto de Beirut y dijo que podría haber sido causada por la "negligencia" o por un "misil", mientras continúa la búsqueda desesperada de supervivientes entre los escombros.
"Es posible que esto haya sido causado por la negligencia o por una acción exterior, con un misil o una bomba", declaró Aoun el viernes a la prensa y rechazó las peticiones para abrir una investigación internacional, pues equivaldría a "diluir la verdad".
Es la primera vez que un dirigente libanés menciona una pista exterior, ya que hasta ahora las autoridades afirmaban que la explosión había sido provocada por un incendio en un enorme almacén que contenía nitrato de amonio, una sustancia química peligrosa.
Por su parte, el movimiento chiita libanés Hezbolá negó "categóricamente" el viernes tener un "almacén de armas" en el puerto de la ciudad, tras las acusaciones que han circulado en los medios de comunicación y en la opinión pública.
"Niego totalmente, categóricamente, que haya algo nuestro en el puerto, ni almacén de armas, ni almacén de misiles (...) ni una bomba, ni una bala, ni nitrato" de amonio, afirmó su líder en una alocución televisada.
La brutal deflagración, la más devastadora que ha vivido Líbano, alimentó la cólera de la población que en octubre de 2019 inició un gran movimiento de protesta contra los políticos, acusados de corrupción e incompetencia.
La indignación no hace más que crecer con un gobierno que se ha mostrado incapaz de justificar la presencia de 2.700 toneladas de nitrato de amonio en un almacén del puerto desde hace seis años y "sin medidas de prevención", como lo confesó el propio primer ministro.
Cerca del epicentro de la deflagración, junto a los silos gigantes de cereales destruidos, los socorristas franceses, italianos, alemanes y de otras nacionalidades coordinaban sus esfuerzos.
El viernes por la mañana hallaron cuatro cuerpos.
Según el último balance, la explosión dejó al menos 154 muertos, más de 5.000 heridos, decenas de desaparecidos y a cientos de miles sin hogar en los barrios cercanos.
Una fuente judicial anunció este viernes cinco nuevos detenidos entre los funcionarios de los servicios de aduanas y del puerto, especialmente ingenieros. En total ya hay 21 personas detenidas.
Las familias de los desparecidos se dirigieron al puerto para intentar obtener noticias, mientras los equipos de la defensa civil libanesa trabajan con perros rastreadores en el lugar de la catástrofe, donde reina una tensa calma.



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