Hoy vamos a abordar un tema muy importante, sobre todo para los amantes del cine. Y es que en este mundo hay muchos de qué hablar. Hoy nos vamos a centrar en la diferencia entre cine comercial y cine independiente. Recuerda que durante muchos años, una lucha entre el cine comercial y el cine independiente se ha mantenido viva. Con la evolución de las técnicas y herramientas tecnológicas, el cine experimentó un cambio en cuanto a efectos se refiere. Fue entonces cuando el concepto de “cine comercial” comenzó a coger fuerza, ofreciendo historias con grandes efectos especiales y frenéticas escenas de acción para captar la atención del espectador, generalmente con un guion vacuo y trivial.El cine, considerado como séptimo arte, se concibe como vehículo divulgativo que pretende transmitir una historia, un sentimiento, una idea y/o entretenimiento. Entonces, ¿Qué diferencia existe entre sendos grupos? Para esclarecer esta distinción, es imperativo definir estos conceptos: mientras que el comercial goza de una financiación monetaria exuberante y, por lo general, no busca otra cosa que generar un beneficio económico positivo; el independiente, partiendo con mucho menor capital – tantas veces ínfimo – centra sus esfuerzos en ser detallista y aportar un producto de calidad a la hora de transmitir sentimientos e ideas.
Con el surgimiento de las super productoras, nació un sentimiento de “racismo” hacia las pequeñas productoras. Así, al inicio de una película, si el espectador observaba al principio que había empresas como “Legendary”, “Lionsgate”, “Warner Bros”, “Marvel Studios” o etcétera, que habían producido la película, no tendría ninguna duda de que esa iba a ser un “peliculón”. De este modo, se sabría cuando una película sería de bajo presupuesto cuando sus productoras no fueran conocidas y, por ende, habría que hacer un enorme esfuerzo para ver y disfrutar de la película. Por culpa de este “racismo cinematográfico” muchas obras de notable calidad han pasado desapercibidas a ojos del público, e incluso algunas no han llegado siquiera a ver la luz. (Así mismo no tardarían en surgir las sagas de super producciones – super sagas podríamos llamarlas -, ristra de películas que comparten un mismo universo cinematográfico, un concepto que cada vez está más de moda.)Una vez aclarada la distinción entre ambos, formulamos la pregunta del millón: ¿cuál es mejor? La respuesta es sencilla: ninguno. O si usted lo prefiere, los dos. ¿Qué es lo que le hace mejor a un grupo sobre el otro? ¿Tiene alguien el poder, conocimiento y dignidad para señalar a uno de los dos? La humildad de uno no lo hace mejor que el otro, al igual que el dinero del otro no lo hace superior que el uno. Las películas están diseñadas para un público en especial y con un propósito, y se le debe de juzgar por eso. Como dijo Albert Einstein, no se debe juzgar a un pez por su habilidad de escalar árboles.De esta manera, las super producciones que buscan generar ingresos, se apoyan principalmente en efectos especiales impresionantes y en super estrellas que interpreten sus papeles. La manera más fácil de generar ingresos es asegurar entretenimiento, un entretenimiento fácil, por lo que aquel que busque desconectar del mundo y relajarse encontrará esta opción más apacible.Una película de bajo presupuesto debe emplear todos sus escasos recursos para crear algo hermoso, y por lo general le faltará y tendrá que apañárselas, por lo que tenderá a ser más detallista y elaborada. Así, este grupo suele contar con grandes y curiosas historias, con guiones curtidos y casi perfectos, unas veces contadas de manera cotidiana y sencilla, otras de manera artificiosa y artística, y con pequeños efectos especiales, por lo que aquel que busque una opción más técnica y con mayor calidad cinematográfica, que le lleve a pensar, reflexionar y sentir, se decantará por este grupo.No obstante, existen distinciones que confirman la regla. Es posible encontrar películas comerciales con un contenido de calidad y envergadura. Hablo de historias que perfectamente podían haber llegado a ser “películas indie”, pero tuvieron la suerte de ser financiadas por grandes productoras que las catapultaron. Por ejemplo, películas como La Venganza de los Sith o la saga de El Señor de los Anillos cuentan historias impresionantes con contenido filosófico y moral, y potentes elementos dramáticos. Sin embargo, por gozar de un enorme presupuesto, serán presa también del “racismo cinematográfico”, ya saben, ejercido por aquellos sibaritas radicales que creen saber más que los demás.Para concluir esta premisa, una cinta de bajo presupuesto nada tiene que ver con una cinta comercial, algo en lo que todos estamos de acuerdo. El capitalismo que mueve a las super producciones simplemente hace que la forma de contar una historia sea más espeluznante. No se debe juzgar una película por la intención que tenga aquel que la ha creado, puesto que esta es un medio, es neutral. Si uno busca contenido de calidad, se decantará por un grupo. Si otro no busca más que ocio y pasar el rato, se decantará por el otro. O no. Como se suele decir, para gustos los colores. Cuando se juzga a una película se está juzgando el impacto que esta ha tenido sobre uno mismo, pero no existen dos iguales en el mundo. Por ello, la afirmación de “esto es mejor que esto otro” siempre será abstracta y errónea. En verdad se querrá decir “esto me gusta más que esto otro”.
CRÉDITOS PARA: https://www.elcineenlasombra.com/
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