Hoy vamos a seguir hablando de una tema de mucha importancia en español; la poesía. Nos vamos a centrar en hablar sobre los epigramas; definiremos a profundidad este tipo de poema y, a través de varios ejemplos, podrás entender de una manera sencilla este tema.
¿Qué es un epigrama?
Es uno de los subgéneros líricos más importantes y antiguos de la literatura. De hecho, en la antigua Grecia encontramos epigramas que eran colocados en las puertas de lugares e incluso a los pies de las estatuas que realizaban. En este momento el epigrama tenía la función de conmemorar un hecho o la vida de una persona o figura de gran importancia social o política, de esta manera se mantenía vivo a través del epigrama.
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Más adelante el epigrama adoptará otro carácter, como por ejemplo la sátira, la cual se convertirá en una de sus tantas posibilidades de creación. De hecho, el epigrama en sus inicios contenía temas de la época como expresión de preocupaciones u otros intereses.
Significado de epigrama
El término epigrama proviene de la palabra en latín epigramma, la cual fue tomada del vocablo griego y hace referencia a “sobreescribir”, o bien la inscripción en un objeto. Es así que epigrama, en sus inicios, era una inscripción que se realizaba en un fragmento de piedra, de metal o de otro material. El término, posteriormente, se usó para nombrar a un tipo de composición poética corta que se enfoca en la expresión de un sólo pensamiento.
La brevedad del epigrama, permitió que posteriormente el término permitiera realizar textos de temas variados, caracterizándose por la agudeza que transmite y su extensión corta.
Definición
El epigrama es un tipo de composición poética breve que busca la expresión de un pensamiento en específico que bien puede ser festivo o satírico. Se comunica a través de un texto corto en el que pueden estar presentes temas variados, como por ejemplo tratando contenido en relación con las clases sociales, los vicios del ser humano, una denuncia social, sentimientos de amistad, entre otros.
Origen del epigrama
El epigrama tiene sus raíces en la lírica de la antigüedad, por lo que se trata de uno de los primeros subgéneros de esta área que aparecerán posteriormente en la literatura. En principio se consideró un género helenístico, propio de este período principalmente por el contenido de su composición, así como la corta extensión y la forma que adopta en primer lugar. Es así que el epigrama en este momento de la historia, se trata de un crisol de las sociedades en la que se verán figuras de clases de vida simple, como eran considerados y que reunían a carpinteros, tejedores, navegantes, pero también incluyen otros temas como el amor entre heterosexuales, el amor lésbico, la religiosidad, el cortejo, las fiestas, la sexualidad, la crítica, las mascotas, entre otros.
Los portadores del epigrama son los poetas, de manera que todos los elementos y temas deben pasar por la erudición de estas figuras que empiezan a producir testimonios de experiencias y las preocupaciones del ser humano de esta época. Es así que nace el epigrama en la Grecia antigua haciendo referencia a una inscripción que era instalada en un objeto como un exvoto, un tipo de ofrenda, una estatua, tumba o un regalo. Cuando se incorporan a las tumbas, pasan a denominarse epitafios.
El epigrama nace en Grecia pero va a pasar a desarrollarse también en Roma, donde Giulio Cesare, humanista, establece que la construcción del epigrama debe poseer dos elementos específicos: la brevedad y la agudeza. Estos elementos van a definir este tipo de composición para la historia de la literatura, pues de hecho más adelante se empezará a usar como un tipo de obra apropiada para exhibir el ingenio cortesiana y otros autores clave empezarán a trabajarla.
Características del epigrama
Las cualidades y características de este tipo de composición lírica son las siguientes:
Tema: la corta extensión del epigrama propone un camino de no desvío, donde el autor de la composición desarrolla un solo tema que deja limitado el campo del sentimiento para acogerse a uno solo y principal que desarrollará en su estrofa, por lo que se trata de un tema concreto y preciso. También puede precisar un contenido burlesco o moral y pueden estar relacionados con virtudes del ser humano, vicios, etc, siempre con el reflejo de la óptica personal o una denuncia de carácter social.
Objetivo del epigrama: si bien los temas del epigrama pueden ser variados y lo que se busca es la manifestación de la agudeza, los fines también pueden ser distintos uno de otro. Sin embargo, se reconoce a nivel general que la finalidad del epigrama puede ser la de divertir al lector, un objetivo lúdico o de entretenimiento.
Forma de escritura: aunque si bien no sucede en toda la composición de los epigrama y no es una obligación, el epigrama presenta una forma de escritura particular en la que la actitud del hablante se sitúa. En este sentido, otro de los aspectos tiene que ver con el tipo de lenguaje que se usa, el cual es completamente libre con una expresión concisa que no necesariamente incluye la retórica sino que es más natural y directa, en algunos casos obscena.
Figuras literarias: dentro del epigrama, como composición lírica, se incluye el uso de varias figura retóricas que son usadas con distintas intenciones. Es así que en ello podemos encontrar figuras como la aliteración, el paralelismo y la anáfora, las cuales son usadas con frecuencia.
Paradoja: dado que el epigrama es una composición poética que se caracteriza, además de su brevedad, por la agudeza que refleja el autor o poeta, también aparece la presencia de la paradoja dentro de su escritura, dando claridad a una expresión más profunda que se presenta como una contradicción aparente.
Composición corta: un epigrama se reduce a una extensión de texto corta, de manera que en poco espacio podrá manifestar su expresión principal.
Estructura de un epigrama
La forma en la que se compone el epigrama es relativamente sencilla, esto se debe fundamentalmente a la brevedad de su extensión, sin embargo podemos destacar las siguientes divisiones:
Presentación
En esta primera parte de la composición se realiza la presentación objetiva tanto de la situación que se quiere tratar como del personaje, si es que existe uno en particular. Esta primera parte abre el epigrama para situar al lector.
Corazón del epigrama
En esta segunda parte, de forma subjetiva, el epigrama se desarrolla completamente. Se caracteriza porque en esta sección aparece una frase o palabra repentina sobre la idea del epigrama en su tema central, de manera que deja en evidencia la agudeza y el ingenio de la composición del poeta.
¿Cómo escribir un epigrama?
Ahora que hemos visto de qué consta un epigrama, pasemos a ver cómo es posible construir uno:
Lluvia de ideas
Como mencionamos, el epigrama se caracteriza por su brevedad, pero también por la gran variedad de temas que podemos abordar dentro de la composición, donde un epigrama contiene uno solo de ellos. Por ello, si aún no sabes sobre qué escribir tu epigrama, lo mejor sería tomar una hoja y un lápiz para hacer una lluvia de ideas.
Recuerda que la agudeza es uno de los principales aspectos del epigrama, por ello asegúrate de reunir ideas que concuerden con su intención principal.
Define el tema del epigrama
Elige un tema del que de verdad quieras hablar y sobre el que puedas desarrollar el sentido propio del epigrama teniendo en cuenta sus características principales dentro del tema y la estructura. Selecciona el tema en el que puedas aplicar la agudeza, la paradoja y el tinte burlesco.
Identifica tu público
Una vez hayas elegido el tema que quieres tratar, identifica también el tipo de público al que va dirigido el epigrama de acuerdo a su propio contenido. Esto es, el tipo de personas que se pueden sentir identificadas o que estén en el mismo contexto para entender su contenido. De acuerdo a ello, puedes usar un lenguaje sujeto a palabras y términos que sean usados por esta comunidad para facilitar el encuentro con la composición.
Empieza a escribir
Manos a la obra. Es momento de empezar a escribir de acuerdo al tema y el tono que quieras imprimirle originalmente al epigrama. Recuerda que la extensión debe ser corta, por lo que cada palabra que utilices es clave, evita los rodeos y ve al punto central. Empezar con la escritura del epigrama implica realizar, también, varios intentos que te permitan jugar y probar para encontrar los términos precisos que te permitan expresar el sentido de lo que quieres decir y así encontrar la composición que más te agrade.
Revisa cuantas veces sea necesario las características del epigrama y sus posibilidades, también puedes leer varios ejemplos de autores reconocidos, como el que encontrarás al final de este apartado para encontrar otras referencias y opciones de escritura.
Revisa y corrige
Una vez hayas creado la composición que creas final, entonces conviene realizar varias revisiones de ortografía y sentido para perfeccionarlo, corrige si es necesario y léelo en voz alta. Incluso puedes leerlo a alguien más para conocer su opinión y si le es fácil de comprender para finalmente publicarlo o mantenerlo, si es lo que quieres.
Estructura de un epigrama
Autores y obras más importantes
Una gran parte de los epigramas de origen griego se pueden encontrar en la Antología Palatina, una colección de poemas, entre ellos epigramas, que fueron escritos durante el período bizantino clásico. Con el desarrollo del epigrama, Roma también siguió la práctica con autores como Cayo Valerio Catulo y Marco Valerio Marcial, poetas.
Siglos después aparecerán otras obras y autores como por ejemplo Agudeza y Arte de Ingenio, escrita por Baltasar Gracián de origen español, Poesías Selectas de Varios Autores Latinos por Joseph Morell, entre otros como Oscar Wilde, Alexander Pope, Voltaire, Oliverio Girondo, Jonathan Swift, Ernesto Cardenal, Camilo José Cela, Jaime Gil de Biedma, Pío Baroja y otros más que también desarrollaron composiciones poéticas de epigrama.
Ejemplo
Este es un epigrama escrito por Francisco de Quevedo, titulado “A dos Luis de Góngora”:
Dice don Luis que me ha escrito
un soneto, y digo yo
que, si don Luis lo escribió,
será un soneto maldito.
A las obras lo remito:
luego el poema se vea;
mas nadie que escriba crea,
mientras más no se cultive,
porque no escribe el que escribe
versos que no hay quien los lea.
Para conocer otros subgéneros del género lírico, no olvides revisar nuestra sección de Literatura donde encontrarás toda la información que necesitas e incluso echar un vistazo a los demás géneros literarios.
CRÉDITOS PARA: https://tiposdearte.com/
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